La Huella de Carbono

La Huella de Carbono

     La huella de carbono se refiere a la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero, en particular el dióxido de carbono (CO2), que se liberan a la atmósfera como resultado de las actividades humanas, productos o servicios. Estas emisiones contribuyen al cambio climático y al calentamiento global al atrapar el calor en la atmósfera y aumentar la temperatura de la Tierra.

     La medición de la huella de carbono implica calcular la cantidad de CO2 equivalente liberada en la atmósfera como resultado de una actividad o proceso específico. Esto puede incluir la fabricación de productos, el transporte, la generación de energía, el consumo de alimentos y otros aspectos de la vida cotidiana. Algunas de las principales fuentes de emisiones de carbono incluyen la quema de combustibles fósiles, como gasolina y carbón, la deforestación y la agricultura intensiva.

     Desde el punto de vista personal un conjunto de acciones e iniciativas que se pueden tomar para reducir la huella de carbono son:

  1. Mantener luces apagadas cuando no se requieren.
  2. Disminuir el desperdicio de comida.
  3. Reciclar eficientemente.
  4. Comprar artículos con consumo eficiente de energía.
  5. Manejar menos.
  6. Disminuir el desperdicio de agua.
  7. Preferir producción local.
  8. Limitar el consumo de plástico de 1 sólo uso.

     Sin embargo, estos esfuerzos por si solos no son suficientes, se necesita de la participación de la industria o las empresas productivas. El desafío de reducir la huella de carbono, a nivel industrial, es muy grande, ya que no sólo implica cambios significativos en sus operaciones y prácticas comerciales; sino también:

  1. Cambios en la cadena de suministro: Proveedores comprometidos con los mismos principios de concientización y reducción de emisiones.
  2. Costos iniciales: La inversión en tecnologías y prácticas más sostenibles.
  3. Resistencia cultural y organizacional: Cambiar la cultura corporativa y las prácticas laborales.
  4. Medición y seguimiento: Medir y hacer un seguimiento de la huella de carbono de una empresa de manera precisa. Recopilar datos de múltiples fuentes e implementar sistemas de seguimiento efectivos.
  5. Tecnologías y conocimientos: La adopción de tecnologías más limpias y prácticas sostenibles puede requerir conocimientos técnicos y capacidades que las empresas pueden no poseer internamente.
  6. Competencia y mercado: Presión por parte de empresas más tradicionales que no invierten en sostenibilidad, marcando una pauta de competencia injusta o desnivelada.

     Prácticas que han realizado empresas que se han comprometido a realizar cambios significativos en sus procesos, productos y servicios en pos de la reducción de su huella de carbono son: la eficiencia energética, la transición a energías renovables, la optimización de sus cadenas de suministros, el transporte sostenible y el desarrollo e innovación de productos sostenibles. Estas iniciativas no solo contribuyen a la reducción general de emisiones de CO2, sino que también impulsan la generación de nuevos espacios, alternativas y realidades que promueven la concientización, la creación, la innovación y por sobre todo la industria responsable con la sociedad y el medio ambiente.

Cada pequeña acción cuenta! Reduce, reutiliza, recicla: es el camino hacia un futuro sostenible.

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