La huella de carbono se refiere a la cantidad total de emisiones de gases de efecto invernadero, en particular el dióxido de carbono (CO2), que se liberan a la atmósfera como resultado de las actividades humanas, productos o servicios. Estas emisiones contribuyen al cambio climático y al calentamiento global al atrapar el calor en la atmósfera y aumentar la temperatura de la Tierra.
La medición de la huella de carbono implica calcular la cantidad de CO2 equivalente liberada en la atmósfera como resultado de una actividad o proceso específico. Esto puede incluir la fabricación de productos, el transporte, la generación de energía, el consumo de alimentos y otros aspectos de la vida cotidiana. Algunas de las principales fuentes de emisiones de carbono incluyen la quema de combustibles fósiles, como gasolina y carbón, la deforestación y la agricultura intensiva.
Desde el punto de vista personal un conjunto de acciones e iniciativas que se pueden tomar para reducir la huella de carbono son:
- Mantener luces apagadas cuando no se requieren.
- Disminuir el desperdicio de comida.
- Reciclar eficientemente.
- Comprar artículos con consumo eficiente de energía.
- Manejar menos.
- Disminuir el desperdicio de agua.
- Preferir producción local.
- Limitar el consumo de plástico de 1 sólo uso.
Sin embargo, estos esfuerzos por si solos no son suficientes, se necesita de la participación de la industria o las empresas productivas. El desafío de reducir la huella de carbono, a nivel industrial, es muy grande, ya que no sólo implica cambios significativos en sus operaciones y prácticas comerciales; sino también:
- Cambios en la cadena de suministro: Proveedores comprometidos con los mismos principios de concientización y reducción de emisiones.
- Costos iniciales: La inversión en tecnologías y prácticas más sostenibles.
- Resistencia cultural y organizacional: Cambiar la cultura corporativa y las prácticas laborales.
- Medición y seguimiento: Medir y hacer un seguimiento de la huella de carbono de una empresa de manera precisa. Recopilar datos de múltiples fuentes e implementar sistemas de seguimiento efectivos.
- Tecnologías y conocimientos: La adopción de tecnologías más limpias y prácticas sostenibles puede requerir conocimientos técnicos y capacidades que las empresas pueden no poseer internamente.
- Competencia y mercado: Presión por parte de empresas más tradicionales que no invierten en sostenibilidad, marcando una pauta de competencia injusta o desnivelada.
Prácticas que han realizado empresas que se han comprometido a realizar cambios significativos en sus procesos, productos y servicios en pos de la reducción de su huella de carbono son: la eficiencia energética, la transición a energías renovables, la optimización de sus cadenas de suministros, el transporte sostenible y el desarrollo e innovación de productos sostenibles. Estas iniciativas no solo contribuyen a la reducción general de emisiones de CO2, sino que también impulsan la generación de nuevos espacios, alternativas y realidades que promueven la concientización, la creación, la innovación y por sobre todo la industria responsable con la sociedad y el medio ambiente.
Cada pequeña acción cuenta! Reduce, reutiliza, recicla: es el camino hacia un futuro sostenible.